domingo, 23 de enero de 2011

¿Deberíamos elegir la computadora que usamos en la oficina?

Fiona Graham
BBC

Usted está en su trabajo. Su computadora tiene cinco años de antigüedad y opera bajo Windows XP. El teléfono celular que le dio la compañía tiene una pantalla diminuta y no sabe qué es internet.

Descansando en casa se encuentra una rápida computadora portátil de última generación y un teléfono inteligente que tiene prohibido el acceso al correo electrónico del trabajo.

Y hay una razón para explicar esa contradicción: los sistemas informáticos de las empresas son caros.

Las compañías suelen tener dificultades para mantenerse al ritmo de los constantes cambios tecnológicos. Los dispositivos que los empleados tienen en su casa y en sus bolsillos suelen ser más poderosos que los que reciben en la oficina.

Entonces, ¿qué pasaría si se permitiera que los empleados usen sus propios equipos?

La empresa internacional de abogados SNR Denton, por ejemplo, está en el proceso de darle a sus empleados acceso remoto a los sistemas y los alientan a que compren sus propios dispositivos.

"Antes se requería mucho soporte técnico, pero ahora podemos hacer que esos empleados se dediquen a trabajo crítico sin que sean distraídos por los usuarios", asegura su director de servicios de información, Neil Pamment.

Además, asegura que al trabajar desde casa las personas pueden balancear mejor su vida personal y profesional.

La cuenta, por favor


Los que participan en el esquema dicen que sus empleados "aman" la libertad de elección.

En 2010, el gigante de alimentos y bebidas Kraft anunció que le daría un subsidio a sus empleados en Estados Unidos para permitirles comprar sus propias computadoras.

El conglomerado es uno de los negocios que recientemente han adoptado dicha política.

Tanto Microsoft como Intel cuentan con esquemas "Traiga su propia computadora" (TSPC, o BYOC en inglés) con los que ayudan financieramente a sus empleados para que compren sus equipos.

La empresa Citrix adoptó el esquema en 2008. Ellos le dan una cantidad de dinero a sus trabajadores para que compren la computadora de su elección y su vicepresidente de mercadotecnia, Mick Hollison, asegura que ayuda a reducir los costos.

"A los empleados les fascina tener la libertad de elegir lo que más les gusta", añade.

"A partir de ese punto, el dispositivo es su responsabilidad y no de la compañía. Nosotros no lo controlamos en ninguna forma", dice.

"Si quieren llenarlo de fotos y videos de sus hijos, son libres de hacerlo, porque la conexión al centro de datos de Citrix es segura. El equipo es sólo un visor", agrega.

Riesgos


Los críticos del programa dicen que los datos de las empresas quedan expuestos.

Quienes critican la estrategia argumentan que la seguridad de la información es una preocupación y dicen que la gente hace con sus equipos lo que no se atreve a hacer con los dispositivos de la empresa. Pero Hollison dice que a ellos esto no les ha ocurrido.

Graham Hann, de la empresa de abogados de tecnologías de la información, Taylor Wessing, dice que las empresas deben recordar que en muchas ocasiones los amigos y familiares de los empleados tienen acceso a sus computadoras.

"Esto genera riesgos de seguridad, los datos que están ahí potencialmente serán vistos por más gente", señala.

"Creo que los negocios regulados, como los bancos, van a tardar más tiempo en adoptar este tipo de estructura", dice Hann.

Otros críticos alertan que los empleados pueden descargar un virus informático en casa y después extenderlo a la red de la compañía o que no van a contratar un seguro de reparación si hay algún problema.

Sin embargo, empresas como Dimension Data o Citrix aseguran que cada vez más empresas se interesan en el esquema de TSPC.

Mick Hollinson de Citrix dice que han ahorrado entre 15% y 20% con el plan. Cuenta que un nuevo empleado que ingresó al programa se compró una nueva Mac y estaba muy feliz con ella. "Y la compañía estaba muy feliz de no tener ese gasto en sus libros de contabilidad", concluye Hollinson.